La categoría fundamental de la clasificación biológica es la especie,
entendida como el conjunto de organismos capaces de entrecruzarse y dar lugar a
descendencia fértil. Esto es debido a que poseen el mismo patrimonio genético y
por tanto una misma morfología.
Sin embargo, esta definición no siempre es
válida, puesto que en algunos grupos, hay especies que pueden hibridarse y
tener también descendencia fértil. El hecho también de que a veces no se de la
reproducción sexual o la diferente morfología dentro de la misma especie,
añaden una problemática al concepto de especie.
Carl Linneo estableció una nomenclatura binomial para nombrar a las
especies, de manera que el nombre científico está compuesto de dos términos
latinizados: el primero corresponde al nombre del género (compartido por
diversas especies emparentadas) y el segundo es el epíteto específico. Este
nombre siempre se escribe en cursiva o subrayado, con la primera letra del
género en mayúscula y en minúscula la del epíteto específico.
Así, cada especie tiene un nombre científico único. Por ejemplo, el oso
pardo es Ursus arctos, o el almendro Prunus dulcis.
Oso pardo, por Neusitas (Fuente: Flickr), CC BY-SA 2.0 |
Almendro en flor, por José Luis Andrés (Fuente: Flickr), CC BY-NC-SA 2.0 |
En el siguiente enlace se puede consultar más información sobre el concepto
de especie:
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